Cuenta la mitología hindú que la diosa Kundalini, aburrida de estar en el cielo,
bajó a la tierra y, en forma de serpiente, se escondió en la base del sacro,
donde permanece enroscada y dormida hasta que se la logra despertar.
El placer del movimiento nos define, la danza es un despertar de nuestro Hara, ubicado en nuestro vientre, el centro de nuestra energía vital que irradia a todo nuestro cuerpo. Partiendo de aquí cultivamos nuestras emociones y las expresamos a través de una danza que nos otorgan una salud física, mental y espiritual.
Mediante el placer del movimiento sentido HARA libera tu cuerpo y tus emociones para que surja tu verdadera esencia.
Todo movimiento armónico tiene origen en el Hara. Para lograrlo trabajamos con una técnica que despierta nuestro centro para que los movimientos sean realmente la expresión del alma, cuando esto sucede descubres todas tus capacidades de expresión corporal y emocional. Los gestos, la técnica de torso, cadera, brazos y desplazamientos siempre tienen origen en el centro de gravedad del Hara, de esta forma logramos una postura alineada y centrada que nos permite movernos sin tensiones conectando el cuerpo físico y el cuerpo sutil.
HARA es la danza de la vida que surge de la escucha de nuestras sensaciones internas. A partir de ahí van surgiendo movimientos basados en la danza oriental, que combinados con la respiración intensa y profunda conecta con tu energía más primigenia y lleva a que desarrolles gestos corporales auténticos.
La danza fusión oriental, partiendo del HARA, inciden en tres centros energéticos: cintura pélvica, plexo solar, y cintura escapular, equilibrando cuerpo, mente y espíritu. Para ello nos tomamos tiempo, repetimos y profundizamos en los movimientos hasta que logremos soltar todas las tensiones y despertemos el alma del cuerpo, y esto sucede cuando te entregas realmente al placer de moverte.
Distintas danzas nos aportan técnicas para llegar a este estado la danza oriental, el flamenco, las danzas gitanas, la danza terapia, o las danzas indias. La fusión que trabajamos parte del origen en común de estos movimientos para integrarlos de forma armónica y expresarnos de forma integral. Alumbramos aquellas zonas del cuerpo que han permanecido oscura y bloqueadas y les devolvemos la vida transformando los sentimientos en gestos para ser expresados y soltados.
Los movimientos ondulantes de las danzas orientales, la fuerza del flamenco, la alegría de las danzas gitanas, la espiritualidad de las danzas indias y distintas técnicas de danza terapia se integran en HARA para emprender un camino de regreso a nuestra esencia y despertar la energía danzada.
